CUARENTENA

Cuarentena, esta palabra tan usada y tan latente estos últimos meses en todo el mundo, tiene como significado, según google, https://es.wikipedia.org/wiki/Cuarentena, lo siguiente:
“La cuarentena, en medicina, es un término para describir el aislamiento de personas o animales durante un período de tiempo no específico como método para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una enfermedad o una plaga”.

La cuarentena, por lo general, se aplica a personas mayores de edad o que tienen síntomas de contagio, y consiste no solamente en el aislamiento de los enfermos en centros específicos, sino también en la aplicación de medidas de prevención como el saneamiento de lugares y objetos, o el tratamiento post mortem.

La palabra cuarentena proviene de Quaranta giorni en italiano, que a su vez proviene de la palabra quadraginta en latín y que se traduce como cuatro veces diez. De origen religioso, se usó en el sentido médico del término: aislamiento de 40 días para las personas y bienes sospechosos de portar la peste bubónica durante la pandemia de peste negra en Venecia en el siglo XIV.”

En el pasado para nosotras, las mujeres, esta cuarentena era vivida después de haber tenido un hijo. Hoy es necesaria para la salud de la humanidad, y hay quienes, en forma muy responsable, han respetado estas medidas, sin embargo, otros han hecho caso omiso de las indicaciones, algunos por rebeldía o por necesidad.

Los primeros días del mes de abril, cuando escuchaba esta palabra en todos los noticiarios, y específicamente en un WhatsApp que recibí, me pregunte:
¿Y ya cuántos siglos que estamos en cuarentena espiritual?

  • No entramos en cuarentena espiritual, cuando miramos para el lado, y evitamos la mano necesitada de un hermano.
  • No entramos en cuarentena espiritual, cuando juzgamos y criticamos a nuestros hermanos, muchas veces sin saber el fondo de las cosas y aún así, sabiéndolo.
  • No entramos en cuarentena espiritual, cuando no somos capaces de cuidar el medio ambiente, de cuidar este hermoso planeta que nos ha cobijado siglos y siglos.
  • Nosotros, los Espíritas, no entramos en cuarentena espiritual, cuando nos solicitan ayuda con una charla, con los pases o con la atención fraterna y nos excusamos por el cansancio, el frío, el calor, la distancia, el tiempo, etc.
  • Nosotros, los Espíritas, no entramos en cuarentena espiritual, cuando por comodidad no instruimos nuestro espíritu en lectura edificante, en asistencia a las charlas, etc.
  • Nosotros, los Espíritas, no entramos en cuarentena espiritual cuando decidimos ser pasivos en nuestro Centro Espírita, teniendo presente que hemos sido pasivos por cientos de años.

Pero una de las cosas buenas que tiene este nuevo sistema de vida, es el uso de las mascarillas, no solo porque nos protegen, sino porque ahora nos podemos mirar a los ojos, como dicen, “los ojos son la ventana del alma”, en las miradas nos reencontramos y nos reconocemos, estamos aprendiendo a mirarnos profundamente para conocernos y ayudarnos si es necesario, ahora es cuando podemos poner en ejercicio mirar con los ojos del alma, mirar con los ojos del corazón, ahora es cuando podemos salir de nuestra cuarentena espiritual y evolucionar.

 

Los bailarines de ballet, los grandes músicos, los deportistas de alto rendimiento pasan entre 8 y 10 horas diarias practicando su talento, no deberíamos hacer lo mismo nosotros, practicar con caridad, con empatía, con armonía, para poder lograr que nuestra forma interna o nuestro espíritu, controle la forma externa, nuestro ego, nuestra personalidad.

En este desconfinamiento físico, también podemos tener un desconfinamiento espiritual, y así como hay rebrote en lo físico, también habrá un rebrote en lo espiritual. Lo importante es que sea con conciencia y cuando nos levantemos, lo haremos con más sabiduría.

Queridos lectores, soy una simple persona que trata de aportar con mi poca sabiduría y mis pocos conocimientos, pero lo que sí sé, es que a pesar de todo lo que cuesta salir de esta cuarentena espiritual, la perseverancia, la disciplina y la voluntad son fundamentales.
Consagrar diariamente algunos minutos a la lectura de obras edificantes, olvidando los libros de naturaleza inferior y prefiriendo, por encima de todo, los que alimentan el alma y tratan los temas fundamentales de la Doctrina Espírita. (Libro Conducta Espírita, médium Waldo Vieira, Espíritu André Luiz)


CENTRO DE ESTUDIOS ESPÍRITAS “LA FUENTE DE AMELIA”